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Cuando pensamos en melatonina, suele asociarse de inmediato con el insomnio. Sin embargo, su papel va mucho más allá. Esta hormona está involucrada en la regulación de los ritmos circadianos y el ciclo sueño-vigilia, influyendo en diversos trastornos del sueño, desde el jet lag hasta la apnea del sueño. Pero, ¿sabes realmente cómo actúa?
El jet lag es un trastorno del ritmo circadiano que ocurre cuando una persona cruza rápidamente múltiples zonas horarias, desajustando su reloj biológico con respecto al horario local. Esta desincronización provoca síntomas como insomnio, fatiga diurna, somnolencia excesiva, cambios de humor, deterioro cognitivo y problemas gastrointestinales. La severidad del jet lag depende de factores como el número de zonas horarias cruzadas y la dirección del viaje, siendo más intenso y duradero en vuelos hacia el este.(1)
La adaptación al nuevo huso horario es lenta, ya que los distintos relojes biológicos del cuerpo se reajustan a ritmos diferentes, lo que contribuye a la desincronización interna. Para mitigar estos efectos, se han propuesto diversas estrategias, entre ellas la exposición programada a la luz, la modificación gradual del horario de sueño previo al viaje y el uso de suplementos de melatonina.(2, 3)
Como hemos hablado en nuestro blog anteriormente, MELATONINA: EL CAMINO HACIA UN DESCANSO NOCTURNO, la melatonina está involucrada en la regulación del ciclo sueño-vigilia y ha demostrado ser eficaz en la reducción de los síntomas del jet lag. Su administración antes de acostarse en el destino ayuda a reajustar el reloj biológico, promoviendo una adaptación más rápida al nuevo horario.(2, 3)
Las personas que trabajan en turnos nocturnos suelen tener dificultades para dormir durante el día, ya que su cuerpo sigue produciendo melatonina en los horarios tradicionales de descanso. Esta desincronización puede provocar insomnio durante el día y somnolencia excesiva durante el trabajo nocturno. La melatonina puede ser beneficiosa para estas personas, ya que su suplementación antes del periodo de descanso diurno puede mejorar la calidad y duración del sueño, ayudando a restablecer un ritmo circadiano más equilibrado.(4,5)
Durante la adolescencia, es común que el ritmo circadiano experimente un retraso natural, haciendo que los jóvenes tiendan a acostarse y despertarse más tarde. Este fenómeno, conocido como trastorno de fase de sueño retrasada (DSPD), se ve agravado por factores externos como el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de dormir. La exposición a la luz azul de pantallas inhibe la producción de melatonina, lo que dificulta aún más la conciliación del sueño.(6,7)
Este desajuste entre el reloj biológico y las obligaciones diarias, como los horarios escolares interminables, puede generar un déficit de sueño crónico, afectando el rendimiento académico, la concentración, el estado de ánimo y la salud mental en general. De hecho, la falta de sueño en adolescentes se ha relacionado con mayor irritabilidad, ansiedad y disminución del rendimiento cognitivo.(6,7)
Varios estudios han demostrado que la administración de melatonina puede ser una buena herramienta. Suplementar con melatonina en dosis controladas puede adelantar el inicio del sueño y aumentar su duración total, permitiendo un descanso más adecuado. Además, estrategias como la reducción del uso de pantallas antes de dormir, una rutina de sueño estable y la exposición a la luz natural durante el día pueden ayudar a regular el ritmo circadiano de una manera más efectiva.(8,9)
La apnea obstructiva del sueño (AOS) es un trastorno caracterizado por pausas repetidas en la respiración durante el sueño, lo que interrumpe el descanso y reduce la calidad del sueño. Esta condición puede provocar fatiga diurna, dificultad para concentrarse y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Aunque el tratamiento estándar incluye dispositivos como la presión positiva continua en la vía aérea (CPAP), hay varios estudios que han investigado el papel de la melatonina en la regulación del sueño en personas con AOS.(10-13)
Se ha observado que los pacientes con apnea del sueño pueden tener alteraciones en la secreción de melatonina. Algunos estudios han reportado que presentan niveles más bajos de melatonina nocturna y una menor exposición total a esta hormona, lo que podría contribuir a la fragmentación del sueño y la somnolencia diurna.(14,15) Si bien la melatonina no es un tratamiento directo para la apnea del sueño, su administración en algunos pacientes ha mostrado mejoras en la calidad del sueño y una reducción en la somnolencia diurna.(16)
Es importante recalcar que la melatonina no reemplaza los tratamientos convencionales como el CPAP, pero puede desempeñar un papel complementario al mejorar el ciclo sueño-vigilia y reducir algunos síntomas asociados. Antes de considerar su uso, es fundamental consultar con un profesional de la salud para evaluar su seguridad y eficacia en cada caso específico.
Más allá de su conocida relación con el insomnio, la melatonina está involucrada en la regulación del ritmo circadiano y en diversos trastornos del sueño. Desde la adaptación al jet lag hasta la mejora del descanso en trabajadores nocturnos, adolescentes con horarios desajustados y personas con apnea del sueño, esta hormona ofrece beneficios que van más allá de facilitar el sueño. Sin embargo, su uso debe ser siempre supervisado por profesionales de la salud, ya que no es una solución única ni sustituye otros tratamientos necesarios.
Vanessa Redondo
Doctora en Química Orgánica, licenciada en Química y especializada en Química Médica. Medical writer en la agencia de comunicación integral especializada en salud Buenosaires.